Blefaroplastia sin cirugía
en Vigo y Pontevedra
Blefaroplastia sin cirugía con plasma
La blefaroplastia por definición es una intervención quirúrgica, por lo que la “blefaroplastia sin cirugía” no existe. Cuando se habla de “blefaroplastia sin cirugía” es para referirse a tratamientos médico-estéticos, o técnicas sin cirugía y con el mínimo tiempo de recuperación, para mejorar la apariencia de la zona de alrededor de los ojos eliminando el aspecto cansado, triste o envejecido de la mirada.
En Clínica Villoria habitualmente realizamos tratamientos combinados con algunas de estas técnicas para rejuvenecer tu mirada sin cirugía:
Con “pequeños retoques” sin cirugía conseguimos en muchos casos mejorar la textura y las arrugas finas del párpado inferior, y corregir un exceso moderado de piel del párpado superior.
Aun así, las bolsas de grasa y los excesos de piel en ocasiones sólo responden a la cirugía. Con cirugía láser CO2 conseguimos tener los máximos resultados y un periodo de recuperación intermedio entre el de la cirugía con bisturí convencional y el de la blefaroplastia sin cirugía.
Está indicado para aquellas personas que desean mejorar la apariencia de la zona de alrededor de los ojos, pero que desean hacerlo a base de pequeños retoques, sin pasar por el quirófano, y con mínimo tiempo de recuperación.
El objetivo es rejuvenecer la piel de toda la zona alrededor del ojo, suavizar las arrugas y mejorar la textura y luminosidad. Además de corregir pequeños excesos de piel del párpado superior o inferior (pliegues en el párpado), eliminar las ojeras y mejorar pequeñas bolsas de los párpados. También permite eliminar lesiones benignas de la piel como verrugas o xantelasmas.
Con Láser de CO2 la sesión de resurfacing suele ser única. Con láser de Erbio pueden ser necesarias de 1 a 3 sesiones, con un intervalo de 2 meses entre cada una, en función del grado de afectación de la piel. Los resultados son naturales y duraderos, aunque la piel sigue el proceso de envejecimiento fisiológico. Puede repetirse el tratamiento.
Se aplica anestesia mediante crema, pero puedes llegar a notar un pequeño escozor durante el tratamiento que minimizamos con equipos que generan aire frío.
El primer día la sensación es la de una quemadura solar. La piel esta enrojecida y puede haber ligera inflamación durante dos o tres días, formándose unas pequeñas costras que caen en una semana. Cuando caen estas costras, la zona queda con un ligero enrojecimiento (se puede enmascarar con maquillaje) que disminuye paulatinamente a lo largo de 1 ó 2 meses, aunque en algunos casos persiste más tiempo.
Habitualmente con gafas de sol podrás salir a la calle en dos o tres días. Son visibles las costras durante 5 a 7 días, siendo éste el período estimado para la incorporación de trabajos de cara al público.
En general el periodo de reocupación puede ser variable en función del grado de intensidad de la aplicación, a más baja intensidad más corto el periodo de recuperación y más sesiones de tratamiento para conseguir el mismo resultado.
No quedan cicatrices, ni hipo o hiperpigmentación si se siguen las recomendaciones de evitar el sol y usar factor protector 50 durante ese tiempo.
La opinión del experto
en beflaroplastia
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